En los últimos años, la conciencia y el respeto hacia la diversidad han ido ganando cada vez mayor importancia. No sólo en las acciones que realizamos día a día, sino también en cómo nos comunicamos de y hacia la misma comunidad. Resulta de suma importancia hacerlo de forma respetuosa y actualizada, con todas las personas que la conforman.
El lenguaje desempeña un papel fundamental en la construcción de una sociedad inclusiva. Judith Butler destaca esto al afirmar que “el lenguaje no sólo describe la realidad, sino que la crea” (Butler, 2019, p. 45). Al adoptar un lenguaje inclusivo, reconocemos y validamos las diversas identidades dentro de la comunidad LGBT+.
El uso de términos obsoletos, en ocasiones puede perpetuar estereotipos y prejuicios. En palabras de la activista LGBT+ Laverne Cox, “nuestro lenguaje tiene un impacto profundo en cómo percibimos y tratamos a las personas, especialmente a las personas trans” (Cox, 2021, p. 112). Reemplazar términos desactualizados con expresiones respetuosas refleja un compromiso con la eliminación de la discriminación. El respeto a la identidad de género se manifiesta a través del uso de pronombres correctos. Según la escritora y activista transgénero Janet Mock, “utilizar los pronombres correctos es un acto básico de respeto y afirmación de la identidad de una persona” (Mock, 2022, p. 78). Este gesto simple, pero significativo, contribuye a la creación de un entorno que valora la diversidad.
De igual manera, la promoción de la visibilidad es esencial para combatir la invisibilidad histórica de la comunidad LGBT+, pues un lenguaje inclusivo que reconoce y celebra las diversas identidades contribuye a esta lucha contra la marginación.
Entonces, ¿Cuál es la mejor manera para comunicarse con una persona de la comunidad LGBT+? Para empezar, lo más importante es no asumir ni el sexo de la persona ni su género, ni su identidad ni sus preferencias. Es de suma importancia tomarle en cuenta y preguntarle cómo prefiere que nos dirijamos hacia su persona, sin asumirlo previamente. Una vez que la persona expresa sus preferencias sobre pronombres, es importante utilizarlos cada vez que nos dirigimos hacia ella.
¿Qué omitir? Cuando nos encontramos ante una pareja del mismo sexo, cada una juega su rol en la pareja, pero estos roles no son “masculino y femenino”, por lo que es absolutamente necesario omitir preguntas como “¿Quién es el hombre y quién es la mujer de la relación?”, pues eso nos regresa al pensamiento dicotómico que polariza la sociedad. Con los cambios sociales actuales, busquemos dejar de lado los estereotipos marcados sobre lo que “tiene que hacer, decir, vestir y pensar un hombre o una mujer”, pues conservar ese pensamiento nos posiciona en un lugar de inflexibilidad.
En conclusión, el uso de un lenguaje inclusivo en la comunicación con la comunidad LGBT+ no sólo es un acto de respeto, sino también una herramienta para construir puentes de comprensión y apoyo mutuo. Al adoptar expresiones y términos respetuosos, contribuimos a la creación de un entorno más inclusivo, donde cada individuo se siente reconocido en su autenticidad. La evolución del lenguaje refleja nuestro compromiso con la diversidad y la igualdad, recorriendo el camino hacia una sociedad más justa y compasiva.
Referencias:
Butler, J. (2019). El Género en Disputa: El feminismo y la subversión de la identidad. Siglo XXI Editores.
Cox, L. (2021). Entrevista personal, 15 de marzo de 2021.
Mock, J. (2022). Redefiniendo el Real: Mi camino hacia la mujeridad, el amor y la libertad. Vintage.