La forma en cómo nos sentimos en el trabajo es parte fundamental en nuestro bienestar, esto involucra atender diferentes actividades de nuestra vida cotidiana y que dan forma a cómo nos sentimos en nuestras actividades laborales. La autoestima en el trabajo es una pieza fundamental para dar cuenta de la importancia de nuestras acciones y el reconocimiento que nos damos a nosotras y nosotros mismos. Esto también se manifiesta en la forma en que nos comunicamos y expresamos. Involucra la forma en que cada persona se percibe sobre su trabajo, desempeño y lo que considera que tiene que hacer como parte de sus obligaciones laborales.
El trabajo constituye también una forma de sentirnos plenas y plenos frente a la vida. Es por eso que tomar acciones para cuidar nuestras emociones es parte de nuestra autoestima y mucho de ello comienza con las preguntas que nos hacemos al comenzar el día.
Dar una pausa antes de iniciar nuestra jornada laboral y la forma en cómo preparamos nuestra semana la noche anterior; contribuye en gran medida a definir aspectos que involucran nuestra autoestima. Iniciar con una y con uno mismo es el primer paso para fortalecer los aspectos que determinan las ideas que dan forma a la autopercepción. En este sentido, escucharnos será fundamental (qué me gusta, qué prefiero, qué me es importante, etc.) a la vez que mucho de nosotros habla de cómo nos percibimos a partir de las actitudes que manifestamos con las y los demás.
Muchos consideran que ciertas cosas toman cierto rumbo desde un saludo o un gesto que involucra el encuentro con las y los demás, donde es necesario poder incluir espacios de autorreflexión, reconociendo en primer lugar ¿Cómo me siento el día de hoy? Y dar lugar a que cualquier expresión fluya de manera natural y de manera respetuosa. No se trata de sentirnos obligados a ser amables en lo que podríamos considerar un “día difícil” sino de ser leales a lo que sentimos.
Sumado a esto, nos podría ayudar conectar pensamiento – palabra – acción y así poder definir las posibles razones de cómo nos sentimos en determinados días o momentos de nuestra jornada laboral.
Puede que existan momentos donde podamos sentirnos abrumados y abrumadas, o con dificultades para desempeñar las actividades que tenemos de frente. Por eso es importante detectar si hay algo que en nuestras emociones nos esté dando la señal de que algo tiene que ser atendido o que nos pueda causar dificultades.
