¿Qué es el estrés y cómo puedo manejarlo?

Actualmente, nos resulta común escuchar que alguien siente estrés e incluso decir que nos sentimos de esa manera, pero habrá que preguntarnos a qué nos referimos. La palabra procede del latín stringere, significa apretar o tensionar, entonces ¿qué es el estrés? es una reacción normal ante situaciones en las que las demandas hacia una persona, ya sean internas o externas, exceden su capacidad de respuesta, se produce ante cualquier hecho que nos resulta amenazante, que exija un cambio o proceso de adaptación.

 

Hay dos tipos de estrés: el funcional que nos mantiene en un estado de alerta y en condiciones de enfrentar los desafíos que se nos presenten, por ejemplo, es normal sentirse estresado o estresada antes de presentar un examen, esa sensación nos puede permitir prepararnos mejor y estudiar para obtener mejores resultados. En cambio, el estrés disfuncional reduce la capacidad de respuesta ante esos retos, volviendo al ejemplo del examen, en lugar de estudiar, se tiene una sensación de desesperación, desconcierto, preocupación e incluso incapacidad.

 

En el día a día de las y los jóvenes, existen diferentes situaciones que les pueden provocar estrés como: dificultades para adaptarse a la Universidad, fallar en su desempeño académico, dificultades para mantener una beca, tener conflictos con relaciones cercanas (familiares, amistades, noviazgo, compañeros) e incluso dificultades para la toma de decisiones.

 

¿Cómo puedo manejar el estrés?

 

Antes de adentrarnos en cómo se puede manejar el estrés, conviene hablar de la manera en qué podríamos prevenirlo, como recomendaciones generales encontramos: dormir de siete a ocho horas diarias, evitar trabajar más de diez horas al día, tomar descansos entre cada actividad, hacer  ejercicio con regularidad, realizar actividades recreativas, establecer metas alcanzables, etc.

 

Existen diferentes estrategias para manejar el estrés, una vez que hemos percibido que está afectando la salud física y emocional, es importante pensar que a cada persona le funcionan distinto y depende mucho de la frecuencia y constancia que tengamos.  A continuación te presentamos algunas de ellas:

  • Detente a pensar que te está originando estrés. En ocasiones, nos preocupamos por cosas que están fuera de nuestro control, revisa que de eso que te mantiene estresado (a), es decir, que situaciones “están en tus manos” y cuales no, ya que hay cuestiones que no podemos resolver ahora mismo o que no nos conciernen.
  • Establece prioridades. Puedes realizar una lista de tus tareas pendientes, especificando cuales son urgentes y cuales son importantes. Comienza con las que son importantes, de lo contrario esas tareas se convertirán en urgentes y no podrás romper con ese círculo en el que siempre tienes “cosas urgentes por hacer”. Al principio, puedes alternar las actividades para que no te genere preocupación tu lista de “urgentes”.
  • Comienza a hacer actividades deportivas, ejercicios de relajamiento o meditación. Te permitirá “descansar la mente”, incrementar la energía física y facilitar la concentración.
  • Mantente en contacto con personas que te pueden proporcionar apoyo. Compartir tus preocupaciones y emociones con otras personas, ayuda a liberar la carga.